¡Ay, campaneras! by Lidia García García

autor:Lidia García García [García García, Lidia]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Divulgación, Música
editor: ePubLibre
publicado: 2022-01-01T00:00:00+00:00

Una metáfora más bien poco disimulada sobre la renuncia a la masculinidad hegemónica. También velada pero no mucho es la referencia a la homosexualidad de la canción Gitano colorines , que interpretaron en esa década varios de estos artistas. Comienza así: «Me señalan con el dedo cuando paso si mi blusa es amarilla o colorá, pero yo de lo que dicen no hago caso porque visto como quiero y nada más». El mismo chismorreo a su paso que tenía que escuchar la Campanera, las mismas miradas acusadoras. Y el mismo alzar la frente y echarse, con orgullo, a cantar: «Yo visto de colorines —entonaban Antonio Amaya, Pedrico Rico o el Titi— ¡porque a mí me da la gana!».

Contaba Estrellita Castro que cuando le presentó a su madre a Jacinto Benavente, premio Nobel de Literatura, ella le dijo: «Qué alegría, si yo lo quiero mucho a usted, don Jacinto, porque yo tengo un hijo como usted». Él le preguntó: «¿Escritor también?», a lo que ella le respondió: «No, señor: mari…, bueno, eso[102]». Pues una jugada por el estilo hizo Concha Piquer cuando conoció a Rafael de León. Ella estaba maquillándose en su camerino, preparándose para el público sevillano. Siempre decía que le gustaba estrenar allí, que si el espectáculo triunfaba en Sevilla era garantía de éxito. De pronto, alguien llamó a la puerta. El resto mejor os lo va a contar ella:

Oigo una vocecita dulce: «¿Se puede?». Pase. Y entra Rafael vestidito de soldado. Se quita la gorrita y me dice con el cuello torcidito: «¿Usted es Conchita Piquer?». Y yo le contesté: «¿Y usted es maricón?». «¡Huy! ¿En qué lo ha notado usted?». «En la gorra». Y allí mismo nos hicimos amigos, y luego hemos pasado la vida juntos, como dos hermanas[103].

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